Oscar Ajal
En días pasados, la noticia del brutal asesinato de
Galeano (quien fuera Votán en la Escuelita Zapatista de la Realidad) estremeció
nuevamente a la izquierda mexicana. Inicialmente se intentó manejar como un
enfrentamiento entre pobladores de la región debido a desacuerdos por la
obtención y explotación de recursos naturales, sin embargo, investigaciones
posteriores realizadas por las Juntas de Buen Gobierno (JBG) y el Centro de Derecho Humanos Fray
Bartolomé de Las Casas (Frayba) señalaron a la Central Independiente de Obreros
Agrícolas y Campesinos (CIOAC) como la organización culpable de las diversas
agresiones que han sufrido los pobladores de la Realidad.
Es curioso observar que una organización de orígenes
izquierdistas (vínculos con el partido comunista) haya ido corrompiéndose hasta
convertirse en una vulgar organización paramilitar. Este y otros casos como la
COCEI en el estado de Oaxaca, nos obligan a preguntarnos: ¿Qué beneficios obtienen
este tipo de organizaciones con su accionar? ¿Son verdaderas organizaciones de
izquierda? La finalidad de este artículo es intentar clarificar el panorama
respondiendo a estas interrogantes. Para esto, nos apoyaremos echando una
revisada a la fisonomía de algunas organizaciones existentes, que disfrazadas con la bandera de la lucha,
juegan un papel contrarrevolucionario y de terror en las regiones donde operan.
UN POCO DE PASADO
Chiapas y Oaxaca; estados que cuentan con amplias
riquezas naturales y étnicas en cada uno de sus numerosos municipios, forman
parte, a la vez, de la región más marginada del país. Las estadísticas señalan
a Oaxaca como el estado con mayor número de conflictos entre comunidades,
mientras tanto, en Chiapas, los Municipios Autónomos Rebeldes Zapatistas
(MAREZ) son objeto de hostigamiento y conflictos constantes. En ese contexto
surgen diversas organizaciones con nombres de reivindicación izquierdista que
muchas veces han sido señaladas por tener vínculos con el Estado. Tal es el
caso de la ya mencionada CIOAC, organización que surge en 1975 como una
escisión de la Central Campesina Independiente (CCI). Siendo apoyada por el
partido comunista, la CIOAC intentó jugar un papel contestatario contra la
Central oficialista de ese entonces (la CNC), sin embargo, con el paso del
tiempo, se fue degenerando. Participando en proceso electorales locales (2007
en las Margaritas) comenzaron a vincularse con los partidos políticos
predominantes en la región, para después pasar al trabajo paramilitar y de
despojo en algunas regiones, como en la comunidades 10 de abril, las Margaritas
y la Realidad, entre otras. Actualmente, CIOAC tiene una historia llena de
conflictos internos que han traído como consecuencia su división en dos
fracciones: CIOAC-Histórica y CIOAC democrática, mismas que operan sin gran
diferencia. Este lamentable caso nos obliga a recordar a una organización
Oaxaqueña de la región Istmo de Tehuantepec, que en los últimos años se ha
evidenciado debido a su postura reaccionaria asumida contra las comunidades que
resisten la entrada de trasnacionales a la zona. Hablamos de la Coalición
Obrera Campesina Estudiantil del Istmo (COCEI). Fundada en el año de 1973
por algunos estudiantes (siendo el más
destacado Leopoldo de Gyves), obreros y campesinos de la zona, comenzó sus
primeros años de vida de forma enérgica y contestataria; sufriendo la
persecución, desaparición y asesinato de sus principales líderes y teniendo
choques constantes con el Partido Revolucionario Institucional (PRI). Tal
actitud le valió el apoyo de intelectuales y organizaciones sociales, tales
como el del pintor Francisco Toledo, la escritora Elena Poniatowska, la
activista Rosario Ibarra de Piedra, el Partido Comunista Mexicano, entre otros.
Su trabajo digno en la zona le valió también ganar las elecciones en 1981. En
un principio, durante 20 años, se mantuvo en el poder a base de trabajo
honesto; sin embargo, poco a poco, sus integrantes comenzaron a ser comprados a
base de cargos administrativos, diputaciones locales y r el poder, comenzó a preocuparse más por
intentar perpetuar sus años de gobierno que por satisfacer las demandas de la
gente que en ella creía. Haciendo alianzas con partidos oficialistas, como el
Partido de la Revolución Democrática (PRD), comenzó su viraje a la derecha
reaccionaria. Actualmente su papel descarado de reacción contra el brote de
rebeldía en la región de Álvaro Obregón, ha llevado a esta organización a el
descaro político. Manteniendo y aceptando dinero del consorcio Mareña
Renovables y del gobierno estatal, la COCEI sirve de aparato represor contra
los pobladores, enterrando así las muy pocas esperanzas de los viejos y jóvenes
militantes que aún creían en ella. Podríamos seguir esta lista en varias
líneas, pero bastan estos dos ejemplos, por el momento, para comenzar a darnos
cuenta cuales son los “ideales” reales que mueven a estas organizaciones.
TRAICIÓN DE PRINCIPIOS: NEGOCIO REDITUABLE
En primer lugar, la perdida de rumbo que afecta a la
mayoría de organizaciones que llegan al poder por la vía electoral, va
degenerando poco a poco a la organización y a sus principales integrantes.
En segundo lugar, los “cañonazos” que reciben los
principales líderes a cambio de poner a su disposición la organización,
aseguran al gobierno un aliado más que le ayude a mantener el control de la
región y evitar brotes de insurrección.
Por último, para mantener en calma a sus bases, el
Estado manda una ayuda solidaria en forma de
programas de gobierno, que reciben periódicamente las personas pobres sin
conciencia de clase y que, deslumbradas por unos cuantos pesos optan por el
camino fácil, traicionando al pueblo trabajador.
Estas y otras razones (cargos públicos a sus
integrantes, amedrentación de líderes honestos, poca o nula preparación teórica
de sus bases) llevan a dichas organizaciones a ser un aliado ideal y, sobre
todo muy útil al aparato estatal, aparte de generar varios problemas
secundarios a la izquierda honesta. El manejo de estos medios de manipulación,
que utilizan este tipo de organizaciones, tiende a englobar a toda la izquierda bajo ciertos prejuicios y generar
un panorama desmovilizador y desmoralizante. Esto lleva muchas veces a la
confusión de la población que, confiando en estos medios, no corrobora la
información y se crea así, un punto de vista superfluo.
Mural "Traición y muerte de Zapata" |
La cantidad de organizaciones traidoras y los
problemas que generan, obligan a toda organización social que se respete, a
denunciarlas. No podemos negar que en sus orígenes muchas de ellas jugaron un
papel sumamente revolucionario, pero tampoco podemos quedarnos en el pasado. El
triste presente de estas organizaciones merece solamente nuestro repudio y nos
obliga a gritar sin tapujos su mero papel oportunista. Cualquiera que sabiendo
esto sostenga que estas organizaciones son de izquierda, es porque ignora por
completo la política, o más grave aún, porque obtiene un beneficio de esta
confusión. Reconozcamos al capitalismo y a sus lacayos oportunistas claramente
como el verdadero enemigo del pueblo trabajador, teniendo en la memoria siempre
la historia de estas organizaciones traidoras para no cometer los mismos
errores. •
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