EN MÉXICO ES MÁS PELIGROSO SER ESTUDIANTE QUE NARCOTRAFICANTE

Kak Satélite

Son las dos de la tarde, los estudiantes de la facultad de medicina y cirugía de la UABJO miran a las afueras de su recinto cómo las calles son tomadas por los normalistas, leen una manta donde se rumora que ser estudiante es más peligroso que ser narcotraficante, agachan la cabeza y se dan cuenta que es cierto, en México así son las cosas. Corren a la avenida más cercana en busca de consuelo o de algún camión que los llevase hasta su hogar a comer y a estudiar todo lo que restaba de la tarde, pero no pueden sacarse eso de la cabeza: los estudiantes somos más peligrosos, somos delincuentes, somos máquinas de matar (a la ignorancia), algunos incrédulos toman fotografías con sus dispositivos móviles y las miran una y otra vez, otros las suben a sus cuentas de facebook esperando que alguien en algún lugar les comente que no es cierto y que todo es un sueño o algún invento, pero nadie ha dicho nada en contra: en México somos "re peligrosos" los estudiantes, y más los normalistas. Al final del peligro estudiantil quedan sombras gritando ¡Venceremos! y la noche sigue buscando letras para ser un poco más peligrosa.

A casi un año de la brutal represión que sufrió la Coordinadora de Estudiantes Normalistas del Estado de Oaxaca (CENEO), esta semana ha vuelto a salir a las calles en busca de que su pliego petitorio sea resuelto. Muchos creían que la CENEO estaba extinta, otros le apostaban a que no iban a volver a movilizarse de manera contundente, pero la verdad es otra. Los múltiples ataques que ha sufrido el movimiento social en México han creado un clima de tensión y descontento social que ha llegado a las bases de las normales en Oaxaca. El panorama pareciera incierto, pero lxs compañerxs normalistas han mostrado firmeza en cuanto a sus exigencias que engloban, entre otras cosas, el derecho a un trabajo seguro y digno, y mejoras en la calidad de la infraestructura de las escuelas normales.