La CNTE, un ejemplo de sindicalismo de clase

Gerardo Boon

El maestro, es un factor fundamental en la educación, la sociedad y la lucha de clases, tal vez es el que ha estado presente en todas las luchas, al lado del campesinado, de la clase obrera, del estudiante, y los sectores populares. La razón es simple, ya que su sentido de  trabajo es el razonamiento y la educación del pueblo, que, aunque el sistema pretende que sea mano de obra barata y que sigan su “moral” ideológica, no lo consigue debido a que el maestro es parte del proletariado, y también se ve afectado por las problemáticas sociales; por lo tanto está obligado a luchar, pero partiendo desde un sentido más crítico de la situación.  En el caso de México, el magisterio, agrupado en la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) quizás sea el mejor referente de la lucha de clases.

A 32 años de su fundación, la CNTE sigue siendo un ejemplo de movimiento unificado, democrático y definido. Con una lucha que no sólo se limita a reivindicar la exigencia de mejoras salariales, sino también con demandas tanto educativas, sociales, laborales, relacionadas con el ISSSTE, económicas, políticas, vinculadas con el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), y de solución a las minutas de años anteriores de las demandas generales y niveles educativos, así como la creación de programas sociales que beneficien el desarrollo comunitario.
La CNTE, es heredera de la tradición de lucha del magisterio mexicano, que derrota la línea charrista que reina en el SNTE y que por obvias razones rechazan. Aunque también existen llamados para formar un nuevo sindicato con la fuerza que se agrupa en la CNTE, evidentemente, primero se tendrían que ganar a los demás trabajadores honestos que aún militan en el SNTE para debilitar la cúpula burocrática en torno a Elba Ester Gordillo.
Hoy, los maestros exigen que se amplíe el programa de desayunos escolares, instalando comedores para los niños; además de brindar a los alumnos de uniformes y útiles escolares, casi la tercera parte de los recursos solicitados tienen como objetivo este fin.
Desde las aulas los maestros han dado la iniciativa para alcanzar un modelo alternativo de educación popular, laica, científica y obligatoria, frente a la intención del Estado por privatizar la educación pública con la imposición de un artificio nefasto modelo educativo como el pacto por la Alianza de la Calidad de la Educación (ACE) que firmó el SNTE, la Secretaría de Educación Pública (SEP) y el gobierno federal.
Cabe destacar que en Oaxaca no se firmó la ACE, y son los maestros de la entidad quienes la rechazan con razones. Proponen en su lugar un proyecto de mejoramiento educativo que el gobierno local se niega a discutir.
Es evidente, que las demandas de la CNTE no son nada insólitas en un país con tantos problemas y en  donde los maestros son quienes dirigen las demandas de varias comunidades al gobierno.
Otra cuestión muy rescatable es la manera democrática con la que el magisterio toma las decisiones. La CNTE toma sus decisiones consultando a las bases, pasando desde las asambleas, por  los sectores, las delegaciones, niveles y asambleas estatales.
Es en la Asamblea estatal donde miles de maestros debaten informan y consultan el futuro de su movimiento, los trabajadores hacen el análisis político, critican, evalúan, crean el plan de acción, sus acciones, dirigentes, y todo lo relacionado al magisterio. Este es uno de los factores por los que la CNTE sigue siendo el referente de un movimiento democrático y plural; el orientar a las bases y después organizarlas ha sido fundamental en el desempeño político del magisterio, porque gracias a la consulta de las bases se genera un avance democrático en todo sentido y se evita la formación de la burocracia sindical. Es indudable que la unidad de la clase obrera sólo puede realizarse sobre las bases, las bases revolucionarias, y para esto es necesario tener la consigna correcta que corresponda a las necesidades del momento. Todo lo contrario sucede con los líderes “izquierdistas” de varios sindicatos, quienes están cada vez más estrechos y vinculados con el poder estatal, rompiendo así, uno de los principios del sindicalismo, la independencia sobre el estado y partidos políticos.

Sin lugar a dudas el movimiento magisterial es digno de representar la lucha de clases, cuestión tan elemental para la clase obrera (que en muchos sindicatos juega un papel secundario o incluso es olvidada), la CNTE la expresa con sus diferentes movilizaciones, luchas y acciones, que van desde el mitin, paro laboral, plantón, toma de casetas, cierre de avenidas, y llegando en algunas ocasiones a crear barricadas o  el combate físico; ya que por la vía de los hechos está demostrado que en una lucha legal, si no es acompañada de acciones contundentes, no  se obtendrán los resultados deseados.
Estos actos, han tenido como consecuencia la tergiversación informativa, que se desata en los medios de comunicación con campañas masivas de calumnias en contra del magisterio. Se quiere presentar a los profesores  como trabajadores irresponsables y abusivos, que dañan a la educación y a la niñez por insignificantes intereses políticos; evitan analizar las demandas de los maestros, para poder seguir difamándolos. Pero los hechos evidencian todo lo contrario, demuestran que las demandas de la CNTE son justas y dignas de trabajadores que sólo buscan el beneficio común y un mejor futuro.
La clase trabajadora actualmente no encuentra una buena salida, existe un movimiento obrero que no encuentra una buena dirección o que en algunos casos, las bases sobrepasan a los líderes sin saber qué hacer. La CNTE, independientemente de las discrepancias que existen a lo interno del movimiento es un ejemplo y una dirección política para todo el movimiento, y analizar sus principios y fundamentos servirá como herramienta y estrategia revolucionaria para ganar la confianza de las masas, entrar en contacto y canalizarlas por el camino correcto.