Las tareas revolucionarias que Trotsky realizó, sin duda fueron titánica, muy arduas y demandantes, y los resultados obtenidos de ellas guardan una importancia grandísima dentro en el terreno político revolucionario. Logró lo que parecía imposible desde su posición. Siendo un exiliado político en distintos países, perseguido por la burocracia estalinista, atacado por los capitalistas y la socialdemocracia, logró posicionarse firmemente sin vacilaciones desde la trinchera revolucionaria para lanzar ofensivas destructoras a los adversarios y los enemigos de la revolución proletaria internacional.
La oposición de izquierdas internacional que él organizó desde el exilio, tenía como objetivos principales la regeneración de la URSS y de la internacional comunista, mediante una revolución política, pero como sabemos, el objetivo planteado no fue logrado, sin embargo, el gran merito de aquella lucha declarada contra la degeneración de la URSS y de la internacional comunista, y el cuál es considerado la aportación más grande de Trotsky, fue el haber mantenido y defendido una política revolucionaria marxista autentica, atacando ferozmente las tergiversaciones atroces que el estalinismo hizo del comunismo y defendiendo unos de los principios más importantes del marxismo, además de otros, el internacionalismo proletario y la no colaboración de clases, oponiéndose a la absurda teoría de Stalin del socialismo en un solo país y a la política de frentes populares con partidos burgueses. Sin duda alguna, fue un hombre que aportó un material invaluable para las futuras generaciones de revolucionarios, con análisis marxistas de acontecimientos de gran relevancia ocurridos en las primeras décadas del siglo XX.
Como herederos del pensamiento Trotskista, no podemos diferir en que las tareas a las que nos enfrentamos son muy grandes y demandan de nosotros la vida misma, no sólo una parte de ella, sino toda ella. Si queremos continuar lo que los revolucionarios más grandes de la historia han iniciado, nuestros esfuerzos deben aumentarse.
Este esfuerzo (evento), el de hoy, lo creemos de gran importancia, pues como dice un sociólogo norteamericano llamado Gouldner: “Una ciencia ignorante de sus fundadores no sabe cuánto camino lleva recorrido ni en qué dirección; por lo que también estaría perdida.” Así, difundir el pensamiento marxista revolucionario partiendo de los teóricos fundamentales es darle vida al marxismo, es no perderlo ni tergiversarlo como se ha intentado hacer ya bastantes veces.
Pero otros esfuerzos más necesitamos realizar. Otros esfuerzos más cruciales. No olvidemos las palabras escritas por Trotsky en el programa de transición: “La crisis histórica mundial, del momento, se caracteriza, ante todo, por la crisis histórica de la dirección del proletariado.” Estas palabras sirven ya desde un inicio para que nosotros que reivindicamos el pensamiento trotskista, reflexionemos sobre el papel nuestro que actualmente tenemos en la lucha de clases nacional. No hace falta ser un gran teórico experimentado para darse cuenta que en estos momentos, en la dirección proletaria y de otros movimientos de masas, las posiciones predominantes van desde la reformista, la entreguista, las conciliadoras, etc., pero ninguna representa realmente los intereses de la clase trabajadora. Creemos necesario, si es que deseamos que las masas adopten un programa clasista que tenga como objetivo la conquista del poder político y económico, un análisis crítico del trotskismo internacional y nacional. Sin duda, las tareas que tenemos son difíciles y enormes, pero lo que hoy realizamos sin escatimar esfuerzos será de crucial importancia para las luchas futuras.
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