Grecia, tras el rescate financiero del año pasado, se encuentra otra vez en una difícil situación financiera. La ayuda que recibió desde la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional no ha sido suficiente y se plantea la necesidad de otro rescate para evitar la quiebra del país.
Pero aquí la cuestión es mucho más delicada, porque si Grecia suspende el pago, afectará inmediatamente a las economías de los países donde los bancos poseen la deuda(los más afectados serían Francia y Alemania ya que bancos de estos países poseen las dos terceras partes de la deuda greca).
Grecia se unió a la unión Europea en el 2001 con cierta controversia, debido a que no cumplía con los valores económicos que exige la Unión Europea a sus miembros, siendo uno de los países más pobres de Europa.
Fue el año pasado cuando la deuda sumió a la economía Griega en crisis (se dice que adeuda aproximadamente 340.000 millones de euros), los gobiernos europeos decidieron aguantar esta crisis con el fin de proteger a los bancos más importantes de Europa y evitar un efecto dominó de nuevas bancarrotas y una nueva recesión. Se le otorgó un rescate financiero por $110 mil millones de Euros a pagar en 3 años, sin embargo, esto sólo empeoró la situación porque ya no circuló suficiente dinero en su economía, es decir, el estado se endeuda por que gasta mucho más dinero que lo que ingresa; y actualmente se debate la posibilidad de otro enorme rescate financiero. Pero aquí la cuestión es mucho más delicada, porque si Grecia suspende el pago, afectará inmediatamente a las economías de los países donde los bancos poseen la deuda(los más afectados serían Francia y Alemania ya que bancos de estos países poseen las dos terceras partes de la deuda greca).
Grecia se unió a la unión Europea en el 2001 con cierta controversia, debido a que no cumplía con los valores económicos que exige la Unión Europea a sus miembros, siendo uno de los países más pobres de Europa.
La gravedad de la crisis hizo que en junio el gobierno estuviera dispuesto a dictar más medidas de austeridad cuyo propósito es intentar salvar al capitalismo, y que contemplan (entre otras cosas) recortes salariales tanto en el sector privado como el público, aumento de impuestos, congelación y reducción de salarios, etc.; el cual fue exigido por la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional para destrabar el programa de rescate del país.
Esto ha generado un enorme disgusto del pueblo greco ya que se vio obligado a tomar medidas más drásticas en la lucha contra el gobierno realizando continuas huelgas generales y manifestaciones masivas; así, estudiantes, desempleados, amas de casa, jubilados, trabajadores sindicalizados, trabajadores sin afiliación política y toda clase de personas constituyen la base de este movimiento de masas que se agrupa en la Asamblea Popular de la Plaza Syntagma, y son ellos quienes toman las decisiones.
Es evidente que este movimiento de las masas gana cada vez más confianza y está empezando a darse cuenta del poder que tiene, y es ahora cuando debe sobrepasar el papel que la burocracia sindical ha jugado, creyendo que con huelgas generales de 24 horas volverá todo a la normalidad.
Se necesitan seguir haciendo acciones fuertes, que pueden dar paso a la toma del poder y expropiación de los capitalistas culpables de la crisis económica. Esta situación revolucionaria debe ser aprovechada de manera correcta, precisamente por la clase trabajadora, o de lo contrario, podría generarse una situación contrarevolucionaria que reconstruya el capitalismo.
La crisis en Grecia, marca el comienzo de una nueva era, donde se pone en evidencia el estancamiento que enfrenta el capitalismo que va desde la incapacidad para proporcionar, incluso, las necesidades básicas de un pueblo generando inquietud en el resto de los gobiernos y bancos europeos ya que se está extendiendo poco a poco por toda Europa, siendo España uno de los países donde la situación toma un camino tenso.
Se necesitan seguir haciendo acciones fuertes, que pueden dar paso a la toma del poder y expropiación de los capitalistas culpables de la crisis económica. Esta situación revolucionaria debe ser aprovechada de manera correcta, precisamente por la clase trabajadora, o de lo contrario, podría generarse una situación contrarevolucionaria que reconstruya el capitalismo.
La crisis en Grecia, marca el comienzo de una nueva era, donde se pone en evidencia el estancamiento que enfrenta el capitalismo que va desde la incapacidad para proporcionar, incluso, las necesidades básicas de un pueblo generando inquietud en el resto de los gobiernos y bancos europeos ya que se está extendiendo poco a poco por toda Europa, siendo España uno de los países donde la situación toma un camino tenso.
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