El Comienzo: A un año del desalojo de la CNTE... ¡¡La cuenta está pendiente!!

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Tras la aprobación de la reforma educativa, el magisterio disidente se manifestó de inmediato. Conforme pasaban los días, y las autoridades hacían caso omiso a sus demandas, la movilización aumentaba de nivel:

- 6 de Abril: el comandante “Espartaco”, de la PFP, da la orden a 1,500 elementos de desalojar a la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación Guerrero (CETEG) que mantuvo bloqueada durante varias horas la Autopista del Sol
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6 Abril, Autopista del Sol, Guerrero.
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- 24 de Abril: la CETEG tomó la Secretaría de Educación Guerrero, y las oficinas del PRI, PAN, PRD, rechazando la aprobación del dictamen de reforma a la Ley Estatal de Educación.
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24 de Abril, oficinas del PRI. Guerrero.

- 8 Mayo: la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), se instaló en el zócalo, frente al Palacio de Gobierno, con casas de campaña y techados improvisados, protestando contra las políticas dirigidas a privatizar la educación y desmantelar los derechos laborales del profesor.

- 15 de Mayo: miles de docentes se movilizaron simultáneamente en 16 estados

- 30 de Junio: mientras la sección 7 de Chiapas realizaba su 26 Congreso Seccional, fuerzas policiacas irrumpieron en la asamblea dejando una sangrienta represión: 8 maestros detenidos y más de 200 golpeados.
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30 Junio. Chiapas.

- 19 agosto: diputados aprobaban la Ley del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación, la Ley General del Servicio Profesional Docente y la Ley General de Educación; profesores que intentaron entrar a San Lázaro se enfrentaron con policías quienes los replegaron con gases y chorros de agua.
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19 de Agosto. San Lazaro, D.F.

- 5 de septiembre: bloqueo total de la avenida Boulevard Puerto Aéreo y el Aeropuerto Internacional durante más de 11 horas, un operativo con más de 1,500 cuerpos federales y policía montada retiró la manifestación.

5 Septiembre. Av. Bulevard Puerto Aéreo.

- 10 de Septiembre: liberaron por varias horas las casetas de cobro de Puebla y Chalco.

- 11 de Septiembre: se suman al Paro Cívico Nacional, convocado por la CNTE, Campeche, Guanajuato, Guerrero, Michoacán, Morelos, Querétaro, Durango, Puebla, Chiapas, Veracruz, Baja California, Tlaxcala, Nayarit, Quintana Roo, Sinaloa, Oaxaca, una mega marcha partía hacia los Pinos bloqueando el Circuito Interior y Paseo de la Reforma, se enfrenta con el cuerpo de Granaderos del D.F.; y en Campeche policías antimotines replegaron por la fuerza y con gas lacrimógeno el bloqueo al Palacio de gobierno y el Congreso estatal. Esto, días antes de los festejos de independencia en el zócalo.

11 Septiembre. Paseo de la Reforma

La CNTE pasaba días y semanas trabajando: impulsaban actividades culturales y brigadeos informativos, bloqueos de carreteras y centros comerciales; liberación de casetas de cuota, tomas de medios de comunicación y edificios gubernamentales, movilizaciones masivas; incluso por las noches se proyectaban documentales y se repartía café.

La tensión estalló la madrugada del 13 de Septiembre. Unos dormían en el plantón y otros sesionaban en asamblea, donde conocieron el ultimátum de gobernación para desalojar el zócalo. “¿Qué hacemos aquí? Vámonos con nuestros compañeros”, gritaban en la asamblea. Unos discreparon, todos regresaron.
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Desde primera hora profesores empacaban para trasladarse al Monumento a la Revolución; el resto construía barricadas, “vallas humanas” y prendían fuego en calles aledañas al zócalo esperando la embestida del estado. Serios, pensativos, nerviosos, veían al enemigo con escudos, cascos, máscaras antigas, toletes, pistolas, tanquetas.

A mitad de un rutinario día de trabajo llegan mensajes de texto alertando sobre el desalojo. Las noticias en la T.V., justificaban las acciones de la policía como “necesarias para reactivar el comercio”. Tomé mi hora de comida y no regresé.

El gobierno del D.F. ordenó a comercios del centro bajar las cortinas: se suspendió prácticamente toda actividad. Llegan antimotines y comenzaron a bloquear calles: 5 de Mayo, 16 de Septiembre, 5 de febrero, 20 de Noviembre, Pino Suarez, Eje Central. El transporte público no funcionaba, estaciones del metro Pino Suárez, Zócalo, Allende, Bellas Artes, Juárez, Balderas, San Juan de Letrán y Salto del Agua, sin servicio.

El inmenso operativo con 3,600 “agentes federales”, arribó en más de 20 camiones, y vehículos con cañones de agua.

Helicópteros policiacos sobrevolaban el plantón a una altura muy baja, apenas libraban los edificios. A las 2:00 pm la Policía Federal dio 2 horas para que la CNTE “se retire de manera pacífica”. A las 4:15 pm los maestros seguían ahí. Confusos, nerviosos, ansiosos. Todos se movían. Buscan algo para defenderse, corren, regresan, preguntan, responden, se organizan. La tensión era evidente, se reflejaba en la mirada de los rostros cubiertos.

La estrategia era mantenerse en el plantón hasta que la policía replegara el contingente, varios maestros se quedarían en la retaguardia para contener el avance de la policía, mientras la avanzada llegaba al Monumento a la Revolución.

Comenzaron las primeras explosiones de bombas de gas. Un grupo de manifestantes se encaraba contra policías en el cruce de Eje Central y Madero. Simultáneamente, un frenético contingente de la policía se enfrenta con maestros que se defienden con piedras detrás de una barricada entre Monte de Piedad y 5 de Mayo; también entraban por Moneda, a un costado de Palacio Nacional, replegando al grupo de docentes que los esperaba. Todos retrocedieron al zócalo; el asfixiante gas seguía llegando, las detonaciones aturdían y parecían interminables; se respiraba con dificultad, se nublaba la vista. La irrupción del Estado no cesaba y en menos de cinco minutos el zócalo estaba sin maestros. Sólo se veían restos de casa de campaña, cartones y cenizas en el suelo; detrás llegaban las tanquetas de la policía y el servicio de limpieza del D.F. Comenzaba a llover.

En 5 de febrero los profesores detuvieron la huida: resistían tras una barricada frente al Palacio de Hierro. Pero la policía seguía atacando con gases y piedras, golpeando brutalmente, la retirada era obligatoria. Con dificultad corrieron varias cuadras hasta Mesones. Hubo minutos de calma. caminando frente los bares y pulquerías, algunos curiosos grababan con su teléfono. El helicóptero sobrevolaba el campo de batalla. En Bolivar, la policía aceleró el paso, y antes de llegar al Eje Central hicieron una muralla de escudos en toda la calle. Los disidentes se reagruparon y atacaron: lanzaban piedras, gritos y mentadas. Llegaron botellas de refresco que algún tendero sacó de su local “para que les rompan la madre”. Un joven con traje, corbata y zapatos de vestir, con ayuda de un maestro, tumbó un señalamiento de la banqueta, se lo colocó en el hombro apuntando a la valla de escudos, mientras el maestro prendía la mecha de un cohetón. Dio en los pies de los antimotines, la explosión los aturdió.
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Por Eje Central corrían manifestantes y detrás de ellos un enorme contingente de granaderos: se habían enfrentado desde 20 de Noviembre. No había opción más que avanzar. Alrededor la gente observa, otros se unían: comerciantes y vendedores ambulantes, gritaban eufóricos, aventaban piedras junto a los maestros en la retaguardia.

La policía avanzó muchos metros. Los maestros, sin poder atacar, corrieron por todas partes. Todos se reencontraron en Balderas incluyendo granaderos. Sin descanso emprendieron la huida hasta Avenida Juárez, cruzaron la Alameda hasta Paseo de la Reforma, donde un cuerpo de antimotines bloqueaba la avenida. El cansancio era evidente.

La mayoría del contingente de la CNTE ya estaba en el Monumento, los que se quedaron estaban desorientados, corrían sin saber a dónde. La policía asechaba. Algunos llegaron hasta Buenavista, otros por las calles aledañas a Reforma; todos atrincherados en el Monumento a la Revolución.

A más de un año de la represión lejos de “perder”, con esta escaramuza se ganó experiencia en la lucha callejera, y vislumbramos por completo el carácter represivo gubernamental. Indudablemente este enfrentamiento trajo cambios en la conciencia de muchos maestros que generó un ejercicio de crítica interna del movimiento magisterial.

Actualmente el plantón sigue en pie, aunque el nivel de presencia y acción ha disminuido. Por esto la crítica es a hacia la dirigencia sindical, y forzosamente tenemos que valorar la voluntad que hacen los maestros al dejar sus hogares para mantener viva la movilización.
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Curiosamente el zócalo se desocupo de los manifestantes para empezar los festejos de la independencia, pues un gobierno corrupto e ilegal, no puede celebrar con la oposición a su lado. Meses después, durante el 2° informe de Peña Nieto, el zócalo se ocupó como estacionamiento para los “invitados especiales”. Absurdo.