La imposición anunciada

El presente texto fue distribuido de manera masiva en forma de volante en la manifestación del 2 de julio en la Cd. de México.

La tarea de imponer un títere de papel ha concluido. Hoy la burguesía se regocija de su unidad y del perfeccionamiento que han hecho de sus mecanismos fraudulentos; cómodamente desde sus sillones se vuelven a carcajear encima de nosotros, de vez en cuando escupen hacia abajo en una francachela que fraguaron en 2005, por si algo les salía mal, y que celebran burlándose de los “pendejos envidiosos de la prole”. Peña Nieto llegará a realizar todas las reformas estructurales, verdaderos atentados a los intereses de los trabajadores, que no le alcanzó el tiempo de concretar a Calderón; todo ello sobre el charco de sangre que anegará la represión concebida por estos personajes, como en 2006 con el pueblo de Atenco y Oaxaca se agudizará la represión, pero esta vez contra todo el pueblo mexicano.

El panorama es desolador, en efecto, pero hoy más que nunca debemos confiar en nuestras fuerzas; no estamos derrotados, comencemos una nueva lucha, los jóvenes y los trabajadores debemos mostrar nuestro músculo en su máxima expresión. Las asambleas deben multiplicarse por barrios y por centros laborales, debemos discutir puntos concretos y, lo más importante, pasar a las acciones de forma inmediata porque cada segundo que pasa se afianza más el triunfo de la burguesía. Compañeros, deben aflorar nuestras tradiciones históricas de lucha, formas de combate que relucieron en la ciudad de Oaxaca: toma de casetas, carreteras, toma de medios de comunicación (para que de verdad se transmita la información democráticamente), barricadas y la huelga nacional son los únicos argumentos que van escuchar las instituciones (IFE, TRIFE y Cía.) que defienden a la clase de los explotadores. 
Ningún tipo de medias tintas, tibiezas o el sacrosanto respeto servirán en esta lucha. Cuando los de arriba decidieron imponer a Peña Nieto sabían que en esta guerra era ineludible la confrontación, aceptaron su papel y están actuando en consecuencia; de la misma manera es necesario que los trabajadores y los jóvenes asumamos nuestra posición y actuemos en defensa de nuestros intereses; en 2006 nos frenamos y el saldo fueron 70 mil muertos, ¿cuántos muertos traerá esta nueva imposición? 
El deber histórico que se nos presenta actualmente es muy importante, es claro que la dirección del movimiento obradorista está titubeando ante los embates y esto es lo más funesto que podemos hacer cuando nos encontramos al borde del abismo; hay un pueblo que está harto, que está dispuesto a luchar y no debe ser contenido sino alentado en sus aspiraciones, si no quieren ir a la batalla que no vayan, simplemente que se hagan a un lado y no le estorben al pueblo. La campanada ha sonado compañeros y debemos combatir con firmeza. 

También puedes consultar el texto: Elección, imposición y revolución. Un breve análisis de la coyuntura actual.


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1 comentario:

Iñigo López dijo...

Pues si. Viene el contragolpe fascista,... si lo permitimos..¡Unidad de todas las Fuerzas Democraticas!