Tradicionalmente las elecciones intermedias no registran gran participación por parte de los electores, sin embargo, las elecciones del pasado 5 de Julio, principalmente los resultados, no se pueden categorizar como algo normal, hacerlo implicaría dejar de señalar los conflictos de intereses de clase que están en juego beneficiando con ello a la burguesía. Los resultados de las elecciones no se pueden entender si no se ligan directamente con las elecciones federales del 2006, la situación actual de la economía y la política llevada a cabo por los partidos políticos que sustentan la careta democrática del capitalismo.
La jornada electoral evidenció nuevamente los bastiones de la burguesía; Tribunal Electoral, IFE, Gobernación, Televisoras, cúpula religiosa, ejército... unidos esta vez no para defender una imposición como la de Felipe Calderón sino para tratar de legitimar a "los representantes" del pueblo mexicano; de los 77.5 millones de mexicanos con derecho a voto aproximadamente 50 millones mostraron algún tipo de inconformidad que a grandes rasgos podemos categorizar en dos rubros: voto nulo y abstencionismo.
La crisis del capitalismo, la política de expoliación, explotación y represión hacia los trabajadores y los procesos de cambio social que se viven en Sudamérica hace casi imposible la más mínima de las reformas a favor de la clase trabajadora ya que estas entrarían en conflicto directo con la tendencias destructoras-redentoras del capitalismo, así pues la política de las diversas instituciones que componen el Estado tendrán una ligazón inquebrantable con la situación económica y política que se vive hoy en día. ¡Pasaron las elecciones!, ahora el gobierno se apresta a reconocer la gravedad de la situación pesando que con esto tendrá mayor grado de control sobre los inevitables sobresaltos. Aunque formalmente el gobierno de Calderón esta más debilitado, en el fondo la burguesía podrá continuar con su política de ataque a las conquistas de los trabajadores, la nueva legislación esta lista para imponer las privatizaciones que restan, cobrar IVA a alimentos y medicinas, desaparecer la actual ley federal de trabajo, fortalecer y desarrollar el aparato de represión ¿y por qué no? preparar las elecciones del 2012.
Una visión superficial de los resultados deja a más de uno en el asombro e irritación. La victoria del PRI se ubica como punto intermedio entre la reprobación al gobierno panista y el reformismo sin reformas del PRD, la maquinaria electoral priísta llenó el vacío entre ambos partidos. Las diputaciones otorgadas a la CTM, la CROC, Ferrocarrileros, etc. contribuyeron a los casi 13 millones de votos obtenidos por el PRI mismos que se traducen en doscientas treinta y siete diputaciones, cinco gubernaturas y un buen número de autoridades locales que por su peso político y económico son ya perfiladas rumbo al 2012 como fuente de recursos y votantes, tal es el caso de municipios como Nezahualcoyotl, Chalco, Ecatepec, Tlanepantla, Naucalpan entre otros que componen aquella zona conurbada del Distrito Federal. Sin embargo, tal maquinaria hoy esta desgastada y oxidada y no por que el PRI haya pasado los últimos años fuera de Los Pinos sino porque la estructura económica que procede de la revolución mexicana y sobre la cual se sustentan los charros se ha estado destruyendo durante las últimas décadas por el gobierno en turno a través del llamado neoliberalismo.
El voto nulo, poco menos de dos millones, fue uno de los aspectos relevantes en la pasada jornada electoral, expresa una postura liberal la cual finca falsas esperanzas en la institucionalidad y la "democracia sin adjetivos". Reforma del Estado, reducción al financiamiento de los partidos políticos, rendición de cuentas, plebiscito o referéndum y candidatos independientes son los objetivos de dicha postura política que se muestra progresista en el discurso pero conservadora en la práctica. Para los liberales el Estado no tiene carácter de clase, pierden de vista que el Estado es una maquinaria de opresión de una clase sobre otra y en su lugar lo colocan como mediador de la sociedad más no como el salvaguarda violento de los intereses de la burguesía.
Por otra parte, las plumas de los potentados no perdieron el tiempo para culpar a AMLO de la derrota del PRD, la figura de López Obrador esta lejos de ser opacada, tras tres años del fraude electoral él sigue teniendo un fuerte respaldo popular y en un escenario de crisis económica y de urgentes reformas para mantener a flote el capitalismo su discurso y acción tibiamente izquierdistas representan una alternativa para amplias capas de la población. Mucho se ha dicho de la ruptura del PRD, sin embargo, tal cosa por el momento es descartable por que más allá de las voluntades individuales está el movimiento de masas, las maniobras de las corrientes reformistas en este partido tratan de equilibrarse sobre la lucha que ha venido gestándose, el control y la manipulación de la misma es una de las principales cuestiones que determina la supuesta unidad del partido, los presupuestos y los cargos también lo son. La tan esperada y exigida expulsión de López Obrador y los dirigentes de las corrientes que lo apoyan no se dio, una parte importante del desarrollo y la victoria del movimiento la jugará el ex jefe de gobierno, de su decisión o ambigüedad dependerán muchas cosas; sin embargo, depende de los propios trabajadores que nos organizamos en el movimiento en defensa del petróleo y la economía popular que por un lado se afiance una política reformista, oportunista y electorera cuyo fin es impulsar al movimiento para utilizarlo como moneda de cambio ante el gobierno espurio de la burguesía o contrariamente un movimiento democrático y firmemente sustentado en la clase trabajadora quien a final de cuentas será la que diga la última palabra.
El caso del indiscutible triunfador de la proletaria Iztapalapa, Rafael Acosta apodado Juanito es claro ejemplo de lo que es capaz la clase obrera cuando de su seno brotan sus propios dirigentes los cuales se enfrentan primero al desprecio y posteriormente a la burla de la burguesía y sus representantes que no es más que temor. Como Juanito muchos, ¿cuántos han roto con el PRD a consecuencia de las aborrecibles prácticas de la burocracia? ¿Cuántos a pesar de la ruptura se mantienen orbitando y fortaleciendo la lucha de miles de trabajadores que desde sus organizaciones continúan la batalla? A pesar de los pesares, del tribunal electoral, de la derecha con disfraz de izquierda moderna, del instituto electoral, etc., el movimiento de los trabajadores con sólo diminutos pasos hace cimbrar el poder de la burguesía. Este caso demostró las tremendas fuerzas con las que cuenta el movimiento y organización de los trabajadores, se fue capaz de vencer la complicidad de los tribunales y la dirigencia del PRD que pretendían por medio de engaños y triquiñuelas imponer a Silvia Oliva integrante de la corriente de los chuchos. Iztapalapa tradicionalmente había sido bastión de Nueva Izquierda debido al fuerte corporativismo con el que se maneja dicha demarcación pero con la organización de los miles de comités que surgieron para promocionar el voto al PT se venció al gobierno y a sus aliados: la ventaja sobre Silvia Olivia fue casi por diez puntos de diferencia.
El pueblo, los trabajadores del campo y la ciudad, no estamos representados en el congreso, la defensa de nuestros derechos y la mejora de nuestras condiciones de vida no se pretenden con la supuesta victoria del PRI, como si los trabajadores no tuviéramos memoria histórica. Escondida y tergiversada, sí, a consecuencia de burócratas tanto de partidos como de sindicatos situación que ha llevado en los últimos años a derrota tras derrota e incluso nos lleva a pensar que no hay necesidad de partido pues a vista de muchos siempre son lo mismo y sí siempre son lo mismo en cuanto a pilares del capitalismo, sean estos abiertamente burgueses o reformistas no así un partido que se sustente sobre bases revolucionarias, única alternativa para arrancar, cambiar el rumbo de la política llevada a cabo hasta el momento, el cual se está forjando en las diversas luchas que atraviesan este hermoso y riquísimo país.
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