Atenco y Oaxaca 2006: Lo que queda ahora

Noctámbula Franco / José Rojas

OAXACA 2006: Lo que queda ahora


     El 2006 fue un año que despertó el hartazgo de gran parte de la sociedad, que marcó la creación de organizaciones sociales y colectivas, que alzó los gritos de justicia y libertad. Mayo y junio del 2006 fueron meses decisivos en México.

     El 14 de junio de 2014, se cumplen 8 años del brutal intento de desalojo del plantón magisterial en la capital Oaxaqueña. La acción policiaca ordenada por el ex gobernador Ulises Ruiz Ortiz y el ex presidente Vicente Fox, dio un vuelco a la lucha de los integrantes de la sección 22 del sindicato magisterial. A partir de ese momento, las demandas gremiales se trasformaron en la lucha política de amplios sectores de la sociedad oaxaqueña que tenían como principal demanda  la destitución  de Ulises Ruiz. 2006 no solo fue un año transcendental para los estados de Oaxaca y Atenco, pues, eso estados sólo mostraron una de las expresiones de descontento social más profunda que vivió México en los últimos años. A raíz de esto se generan formas de auto organización popular inéditas.


     La golpiza a los maestros, el 14 de junio, fue repelida. Los policías se replegaron al ver la gran multitud enardecida. El 20 de junio del 2006, se funda la APPO (Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca). La APPO retomó con la sección 22 las formas organizativas del movimiento popular. Durante 5 meses, la población insubordinada hizo imposible que el gobierno local funcionara. Ante la represión de policías vestidos de civil, de paramilitares y de pistoleros contra el pueblo en lucha, y las caravanas de la muerte, los barrios respondieron levantando barricadas nocturnas. El objetivo de las barricadas era garantizar la seguridad, pero con el paso de los días se convirtieron en espacio de encuentro, educación y discusión política. Ahora en Oaxaca se usan las barricadas, los bloqueos o las tomas de camiones, para demostrar el descontento social; esta fue una de las enseñanzas de movilización que se marcó desde 2006.

      Lo que parecía ser una “victoria” comenzó a tornarse en derrota para el movimiento y en triunfo para la clase dominantes, pues, con el llamado voto de castigo al PRI y al PAN, se le concedió el gane, en gran parte del estado, a los llamados partidos electorales de “izquierda”, como el PRD y PT, quienes al final demostraron lo que ya sabemos, estar al servicio del estado capitalista. Sin embargo, el clima electoral no logró romper del todo la organización, pues, la resistencia popular siguió haciendo temblar al estado capitalista. Existía ya una gran acumulación de rabia, la resistencia tuvo que  luchar contra muchas adversidades, como los más de 23 muertos a manos de policías y sicarios al servicio del estado.

     La entrada de la PFP (Policía Federal Preventiva) al estado de Oaxaca el 29 de octubre del 2006, significó un parteaguas en la historia de la APPO, pues, diversas organizaciones comienzan a pactar con el gobierno  y a gestionar  recursos económicos a través de pactos, que incluían la retirada de barricadas y el regreso a clases. Organizaciones que utilizaron el movimiento popular para ganar una silla en el senado o en la cámara de diputados, y que hasta el momento utilizan el membrete de candidatos “populares”, usando lo que queda del movimiento como trampolín político.

     Los meses en que se mantuvo sitiada la ciudad, hizo falta una vanguardia proletaria que extendiera el discurso y las demandas más allá de la destitución de URO, que marcara la senda revolucionaria para no caer en los vicios del conformismo y entreguismo. Comienza así parte de la ruptura de la APPO: muchos sectores empiezan a tomar las siglas populares para mostrar las más viles de las traiciones al movimiento, sumándole a esto, la crisis en la que se sumerge  la sección 22, la cual fue y sigue siendo, la columna vertebral de la lucha en Oaxaca. 

     En 2010, por una falta de preparación política y de una dirigencia seccional democrática, el magisterio oaxaqueño, junto con lo queda de la desaparecida APPO, llevaron al triunfo a Gabino Cué como gobernador del Estado, el cual se ha caracterizado por ser uno de los enemigos del pueblo, muy a pesar de haber terminado con los más de 70 años de priismo en el estado. Las cosas continúan igual o peor; pareciera que el amo que se tiene es “mejor” por no tener los colores de la bandera. A pesar de los grandes intentos por reorganizar el movimiento, solo se ha llegado a más rupturas. Hoy más que nunca se hace necesaria la politización de la clase trabajadora aglutinada en la sección 22.

     8 años después, la APPO sigue viva solo en nombre. Se quedó en manos de un pequeño grupo que usa su cadáver para engordar económicamente sus porpias organizaciones. Ahora, a lado de la APPO, está un frente popular, cuyos integrantes pelearon por años este membrete y siglas, como un cuerpo ya podrido e inexistente. Hizo y hace falta un análisis duro sobre el rumbo del movimiento magisterial y popular. En este momento la sección 22 se encuentra metida en una de las peores crisis políticas con su dirigencia, lo que provoca la crisis de las bases democráticas. La aplicación de las reformas estructurales generó una coyuntura, que parecía elevaría de nuevo esa conciencia de clase, pero no fue así, de nuevo los pactos y negociaciones oscuras bloquearon el intento de organización. Pareciera que la memoria histórica se ha quedado corta y ha ganado el conformismo. Los motivos que generaron rupturas en 2006 no han sido cambiados, al contrario, han aumentado. 

     Las lecciones del 2006 fueron muchas, pero han pasado al olvido para la mayoría de organizaciones que en su momento aglutinaron la asamblea. Ahora solo se lucha por reducir la represión y las reformas que son parte del sistema, contra el cual, pocos continúan luchando. No hace falta la reconstrucción de la APPO ni el regreso al 2006, solo es necesario tomar las lecciones, errores y aciertos de lo que fue ese año, pues para muchos la herida continua abierta. Hace falta pasar de la gran despolitización que sufren muchos sectores, a la construcción de un verdadero Frente Único que aglutine a los trabajadores, a los cuales, el Frente “Único” de Lucha de reciente formación no puede cubrir; no es de negarse que para muchos el FUL fue la esperanza para  revivir la APPO, pero no supo repuntar dichos objetivos, pues, ahora se reduce a un grupo de organizaciones que han mostrado un discurso desmovilizante y conciliador con la clase dominante; se necesita entonces la reorganización de la columna vertebral de los trabajadores. Ahora es necesaria la reorganización de las bases magisteriales, su politización y la superación de la crisis de la dirigencia, ya que, es casi probable que  la presión irá en aumento debido a las depredadoras políticas de ataques hacia los intereses del pueblo trabajador.


Frente de Pueblos En Defensa de la Tierra de san salvador Atenco (FPDT): La lucha continúa.


     Desde que comenzó  la lucha contra el despojo de sus tierras por parte de grandes élites empresariales en contubernio con empresas transnacionales (sin duda, las más beneficiadas en la construcción del aeropuerto de la ciudad de México), el Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra de San Salvador Atenco (FPDT) sigue con la firme  convicción de mantener vigente la combativa consigna: La tierra no se vende, se ama y se defiende. En esta escena también resalta, en el otro polo, el papel nefasto de la clase política mexicana, representada en los tres principales partidos políticos electorales, a decir: PRI, PAN y PRD (junto a otros menores), los cuales también respaldan las políticas neoliberales. 

     Sin embargo, desde que inició, la lucha del pueblo de San salvador Atenco ha atravesado por diferentes etapas. En 2001, contra la expropiación de sus tierras agrícolas, que lograron derogar al siguiente año; la brutal represión de la que fueron objeto en 2006 por parte del Estado a través de  elementos militares, la no tan extinta Policía Federal Preventiva, el Centro de investigación en Seguridad Nacional y la Agencia Seguridad Estatal. En esta última, sucederían el asesinato de 2 jóvenes y 106 detenciones en las que se evidenciaron casos de tortura, como el de las 47 mujeres que también fueron violadas. Actualmente, los responsables materiales e intelectuales han aumentado el ensañamiento dirigido contra ejidatarios del pueblo de San salvador Atenco; resalta el caso de Nacho del Valle, a quien se le dieron 102 años de prisión por defender sus tierras y las de sus compañeros. Cabe mencionar que dicha represión al pueblo fue ordenada por el actual presidente de la república, Enrique Peña Nieto, según sus propias declaraciones de campaña en 2012.

     Mediante la lucha y organización que ha realizado el FPDT, en solidaridad con organizaciones independientes de lo que era la Otra Campaña y adherentes a la Sexta Declaración de la Selva Lacandona, han logrado sacar a los presos políticos y tejer un germen de organización a escala nacional. Desde la represión en 2006, hasta la liberación de los presos en 2010 y actualmente en 2014, el gobierno y la elite empresarial no han quitado el ojo sobre las tierras agrícolas de los pueblos afectados de Texcoco (siete ejidos), San Salvador Atenco (cinco ejidos) y Chimalhuacán (un ejido), ubicados en el oriente del Estado de México.

     Los operadores políticos y militares del gobierno federal han querido encarnizar la lucha contra este combativo sector, a través de diversos frentes; lo cual le ha permitido avanzar y asestar golpes al pueblo organizado, por medio de la compra de tierra, mediante engaños y lavado de conciencias a unas cuantas personas (característica política del actual y pasados gobiernos federales en ya varias elecciones, y que desencadenó endeudamientos de varios estados por dicha compra de la presidencia). Estas prácticas están vigentes todavía. Con la problemática del cambio de uso de suelo de la tierra ejidal a propiedad privada, el día 18 de Mayo del presente, se convocó a una asamblea ejidal con dicho fin, por parte del comisariado ejidal (priista); esta fue cancelada por falta quórum para llevarla a cabo. Se convocó nuevamente a otra asamblea para el 1 de junio pasado, a la cual no asistieron el mínimo de personas propuestas por el comisariado ejidal, además de que  había decenas  de acarreados y policías vestidos de civil, que se autodenominaron “Atenco Paz y Progreso”, y que impidieron el paso del cordón de solidaridad al que los compañeros del FPDT habían convocado. Sumado a estas acciones, hay que mencionar las de los operadores de servicios de agua y energía (CONAGUA y CFE); por un lado CONAGUA clausura los 9 pozos de agua que sirven de riego para estas tierras; por parte de la CFE, luego de la extinción de Luz y Fuerza del Centro, no se reconocen a los propietarios actuales, debido a que en sus registros no figuran.
Con el ilegal cambio de uso de suelo por parte de una minoría, el FPDT ha anunciado el siguiente paso en la  lucha (que sin lugar a duda necesita de nuestra solidaridad y apoyo rotundo), difundiendo la problemática por la que atraviesan los compañeros, así como tejiendo redes de solidaridad con otras organizaciones que luchan por la defensa de la tierra contra la depredación capitalista.

     El ejemplo de dignidad que nos han dado los compañeros del FPDT es enorme  y de él debemos aprender; es necesaria la construcción de un plan nacional de lucha por parte de las organizaciones anticapitalistas, para detener los grandes proyectos que no toman en consideración a los pueblos; crear organismos de poder alternos a los que determinan las agendas de los de arriba; crear una organización capaz de asestar golpes al aparato político, burocrático y militar de la gran burguesía mexicana, además de que se dé a la tarea de abolir los tratados internacionales, por los cuales cada vez se asfixia más a la población mexicana, puesto que dan luz verde, tanto a empresas nacionales como extranjeras, para saquear los recursos naturales y dañar el medio ambiente.

     Es claro que la construcción de una organización verdaderamente capaz de llevar a cabo una transformación requiere de paciencia, disciplina, sacrifico y trabajo duro, esto conlleva a la posibilidad de que no veamos el cambio que esperamos de una manera inmediata; pero está claro que al construirla, estaremos sembrando un precedente para las nuevas generaciones. •

¡¡¡Si el presente es de lucha, el futuro es nuestro, unidos y organizados venceremos!!!

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