PRIMERA PARTE
“Hay
jóvenes viejos y viejos jóvenes. Estos jóvenes viejos no se preguntan: cuantas
viviendas faltan en nuestros países, y a veces ni en su propio país. Hay muchos
médicos que no comprenden que la salud se compra y que hay miles, y miles, y
miles de hombres y mujeres en américa latina que no pueden comprar la salud.” -Salvador
Allende
Al hablar sobre salud y
clases sociales, tenemos que abordar un poco la historia de la medicina, mucho
se sabe sobre el origen de la medicina científica y sabemos por ejemplo que el 5 de
noviembre de 1895 Wilhelm Konrad Roetgen tras varios experimentos con tubos de
rayos catódicos logra accidentalmente el descubrimiento de un nuevo tipo de
rayos, y con la ayuda de una mano de su esposa descubre el uso de aquellos
rayos totalmente desconocidos hasta entonces y debido al misterio que
encerraban decidió nombrarlos: rayos “X”. Este descubrimiento trajo muchos
premios a Roetgen y en 1901 fue el primero en hacerse acreedor al premio nobel
de Física, pero, paradójicamente no acepto tales honores. Edison le recomendó patentar
su invento, pero no aceptó ni reclamo derechos económicos sobre los rayos “X”
porque aseguraba que la humanidad lo necesitaría y por ello ponía a su alcance
todos esos conocimientos, además sabía con precisión que no era un trabajo que
hubiese realizado individualmente, pues era la suma de muchos descubrimientos y
proyectos anteriores. Para la mala suerte de nuestro amigo, hoy las maquinas y técnicas
que han surgido a través de sus conocimientos están patentadas por empresas
que se apropiaron de dichos
descubrimientos; y lo que es aún peor, existen personas que cobran miles de
pesos por enseñar los procesos físicos, químicos, etc., de los rayos “X”.
Pero ¿Qué paso
antes de dichos hallazgos? ¿Qué ha tenido que ver la clase social con la salud
a través de la historia? Y ¿Cómo es que se convirtieron los descubrimientos
médicos, el equipo y los materiales en propiedad privada? No pretendemos
abordar a fondo la respuesta a dichas incógnitas, solo trataremos de dar una
pequeña interpretación a cada una de ellas.