“De Barranca a Pent-house pasando por la Supervía”

Por Jade Piceno y Deyanira Navarrete
Vista previa del edificio Basalto en Cumbre de Santa Fé
En el poniente de la Ciudad de México, integrado por las delegaciones Álvaro Obregón, Cuajimalpa y Magdalena Contreras, se demuestra con imágenes y hechos la deprimente política urbana que se ha proyectado para la zona y que representa la tendencia de desarrollo urbano neoliberal que se practica en esta Ciudad por lo menos desde finales de la década de 1980.

 
“Barrancas de Santa Fe”

En un intento por ser una “ciudad de vanguardia” e impulsar a toda costa el proyecto de desarrollo inmobiliario de la zona de Santa Fe (Santa Fe City), los empresarios y el Gobierno del Distrito Federal (GDF) han pactado acuerdos que sobrepasan las herramientas institucionales, comprometen la economía y violan los derechos humanos y ambientales de los habitantes, al impulsar megaproyectos urbanos (inmobiliarios y comerciales), expropiación de predios habitacionales y espacios públicos, autorizar inmensas construcciones en suelos de conservación ecológica, y  concesionar y privatizar vialidades. Esto deja ver la importancia que se da a los corredores comerciales en donde se asientan oficinas de corporativos internacionales y otros espacios como los residenciales que acentúan la exclusión social.

Para muchos es conocido, que hace no más de 50 años, en el poniente de la Ciudad de México y en especial la zona que hoy ocupa Santa Fe, se encontraba un paisaje desolador de barrancas y basureros. Sin embargo, el desarrollo de lo que conocemos actualmente fue favorecido por una combinación de especulación del suelo y la disponibilidad de amplias áreas desocupadas por la industria o la vivienda, cuestión suficiente para situarse en donde el costo de suelo es superado por mucho toda vez que se concluye un proyecto. Hoy, ésta se ha consolidado como la zona urbana más acaudalada, exclusiva y de mayor plusvalía de México, donde el metro cuadrado se vende entre 1,500 a 3,000 dólares, por lo tanto es una zona en donde se han asentado los centros de mando de diversas compañías principalmente transnacionales de gran capital.

Actualmente existen en Santa Fe una gran cantidad de proyectos que incluyen complejos urbanos de alto nivel  nutridos de oficinas y departamentos de lujo. El desarrollo inmobiliario ha enriquecido a diversas empresas constructoras que especulan con los precios de los terrenos y las construcciones, entre ellas se encuentra la firma COPRI (líder en desarrollo urbano de algunos países de medio oriente), su ejemplo más significativo dentro de Santa Fe es la construcción de otra pequeña ciudad habitacional exclusiva que no es de libre acceso para quien desee conocerla, esta es “Cumbres de Santa Fe” (Su lema: “Un mundo aparte”) con 1688 departamentos y por lo menos 8 Pent-houses; el otro desarrollo es “Dos Vistas” con 304 departamentos, gimnasio, alberca y SPA. Además se encuentran varias torres de entre 10 y 20 niveles ocupados de oficinas e incluso su propio cementerio. También están los ya conocidos centros comerciales. (www.copri.com.mx)

La mayoría de estos proyectos están construidos sobre antiguos basureros, pero otros han hecho uso de espacios de un elevado valor ambiental. Estas barrancas cuentan con uno de los pocos bosques y zonas de recarga de acuíferos en la ciudad, pero ahora (si no han sido destruidos) forman parte de este lujoso paisaje que pretende estar en “armonía con la naturaleza”. Dichos espacios han sido favorecidos por la dotación incuestionable de diversos servicios urbanos, y las vialidades de acceso son una de las prioridades. También está claro que la zona está exclusivamente diseñada para privilegiar el uso del automóvil y transporte particular por encima de las redes de transporte público.

Este es el punto que nos lleva al proyecto de la Vía de Comunicación Urbana de Peaje “Supervía Poniente” cuyo principal argumento es la necesidad de su realización para mitigar la presión vehicular que se da en la zona sur y poniente del Anillo Periférico y vías aledañas, pero su función a desempeñar es la conexión de esta zona con las barrancas de Santa Fe, para garantizar la distribución vial hacia los edificios ubicados la mayoría en Avenida de los Poetas y Av. Bernardo Quintana.

El proyecto y la resistencia popular

Trazo de la Supervía
Desde abril de 2008 se anunció la necesidad de la obra de la Supervía Poniente, sin embargo no se desarrolló en este año por que el GDF decía no contar con los recursos públicos para su construcción, fue hasta 2009 que emite su concesión a la empresa recién constituida “Controladora Vía Rápida Poetas S.A.P.I. de C.V.” (Coludida con grupo OHL y la inmobiliaria COPRI). El proyecto “Sistema vial de puentes, túneles y distribuidores sur-poniente de la Ciudad de México” implica una ruta que va de Cuajimalpa desde Av. Centeario hacia Av. Luis Cabrera, por un tramo de 10 kilómetros donde 5.24 km serán de peaje. La obra se conecta con la “Autopista Urbana Sur” que va de San Jerónimo a Zacatépetl en 5 km principales y 3.4 km de ramales, cuyo tramo tendrá un costo total de $9.35 (Excelsior.com.mx-19/08/2012) y juntas se integran al sistema vial sur-poniente de la Red de Autopistas Urbanas de Cobro que abarca principalmente el anillo periférico en sus tramos norte, poniente y sur, con una “inversión global: 30 mil millones de pesos y una longitud de por lo menos 29,56 Km”. (http://www.transparenciaautopistaurbana.df.gob.mx/)

 En el caso de la Supervía, la declaratoria de necesidad pública salió casi al mismo tiempo que el anuncio de expropiación de 51 predios en diferentes etapas del proyecto, esto en diversas colonias de la delegación Magdalena Contreras entre las que se encuentran La Malinche, El Tanque, San Jerónimo Lídice, San Jerónimo Aculco, Cuauhtémoc, Lomas Quebradas y Cerro del Judío. (www.contralínea.info)

Este proyecto, figura dentro de los más polémicos impulsados en la Zona Metropolitana de la Ciudad de México debido la magnitud de las afectaciones sociales y ambientales que genera y por el peligro financiero que representa para el GDF y en consecuencia para sus habitantes. Por un lado están los cientos de desplazados quienes con una indemnización que (aunque el pago fue de precio comercial y no precio catastral) a muchos no les alcanzó para conseguir otra zona dónde vivir como vivían en el poniente, o con los serivicios de agua que nunca faltan en esta zona; familias completas han sido replegadas, las colonias donde se asentaban desde hace más de 40 años ahora forman parte de este tramo carretero. En el plano de las afectaciones ambientales, diversos investigadores y especialistas concluyen la importancia de las zonas en que se construye pues representan una importante reserva ecológica y de recarga de mantos acuíferos de las pocas con que cuenta la Ciudad.

Ante esto, vecinos de Magdalena Contreras se unieron en el Frente Amplio Contra la Supervía Poniente que integró también a organizaciones sociales y comercios barriales además de contar con el apoyo de investigadores y legisladores en oposición al proyecto.

En diferentes etapas del proceso tanto el Congreso de la Unión como las distintas instancias del GDF han retrasado o ignorado los diversos amparos ganados por lo opositores al proyecto y los recursos legales de los que se ha valido el Frente y de otros vecinos afectados inderectamente por la megaobra, todo en concordancia con las presiones que recibe por parte del sector empresarial para seguir adelante con el proyecto. Los contratos firmados favorecen a los grupos empresariales dándoles la oportunidad de recibir reembolsos en caso de que las concesiones se cancelen.

De esta manera se confirma que la política urbana en el DF la hacen los empresarios más que los gobiernos, y ni hablar de la participación ciudadana. Diversas leyes establecen que proyectos de este tipo sean consultados con la ciudadanía a través de consultas públicas, plebiscitos y demás herramientas. En el caso de la supervía quedó más que clara la exclusión de la que fue objeto la población no solamente de la zona, sino de toda la ciudad.

No obstante la cerrazón que presentan las instituciones, se han dado constantes episodios de intimidación y represión. En Octubre de 2010 se dio una gran represión a la comunidad a pocas semanas de haber levantado un campamento en oposición al proyecto, en ese momento vecinos fueron agredidos mientras ingresaban maquinaria a diversas zonas de obra con ayuda de la fuerza pública de los granaderos. Otra agresión fue el 1ero de enero de 2011 cuando en un intento de desmantelar el campamento granaderos tomaron la zona de casas expropiadas y semi derrumbadas, cercandolas para dar paso a la continuidad de la construcción junto al campamento de La Malinche.

Movilización contra la política urbana del GDF
La última agresión se dio el pasado 28 de julio. Luis Zambrano habitante de contreras y también investigador del Instituto de Biología de la UNAM, que ha dado un seguimiento constante del desarrollo del proyecto y ha aportado diversas investigaciones sobre las afectaciones ambientales del mismo, denunció el suceso a través de su blog informativo: “Nos rodearon a 15 personas unos 300 granaderos y nos pusieron contra la barda entre Luis Cabrera y Asunción… Arrinconados por los granaderos y sin podernos mover estuvimos viendo como las empresas soldaban y sellaban la glorieta.”

También expresa: “El GDF tiene prisa, mucha prisa por terminar una obra atrasada y, sobre todo, cuestionada. Para ello y a pesar de que estaba en litigio amplió el Título de Concesión a COPRI y OHL de la Supervía para aumentar más de 2 km. Esta vez haciendo un segundo piso (que ya se volvieron fetiche para GDF y todas las constructoras de ballenas) sobre Luis Cabrera. Esta ampliación involucra destruir la famosa Glorieta de las Quinceañeras. Perdimos barrio, perdimos identidad en la Magdalena Contreras, perdimos seguridad, y perdimos calidad de vida. ¿Qué ganamos? golpes y humillaciones para que tres empresas se hagan más ricas a costa de la ciudadanía. Cualquier urbanista sabe que estas autovías de cuota no mejoran el tráfico.” (http://ecosistemasurbanos.blogspot.mx/)

Los argumentos y denuncias han sido atendidos desde varios frentes. Greenpeace, Centro de Derechos Humanos “Fray Francisco de Vitoria” y la Organización de Litigio Estratégico de Derechos Humanos  Litiga OLE, han presentado recomendaciones y amparos en favor de los opositores a la supervía solicitando nuevas evaluaciones de impacto ambiental y consulta ciudadana además de denunciar los casos de violencia que se han presentado en desalojos y enfrentamientos directos. (www.procontreras.org)

La perspectiva

Ambientalistas, investigadores, intelectuales, defensores de derechos humanos, religiosos y ciudadanía en general han acudido a los llamados del Frente para solidarizarse y apoyar esta lucha misma que representa la lucha diaria de miles de capitalinos afectados por esta política urbana.

La construcción de la Supervía Poniente nos afecta a todos. Ya se ha advertido del inminente colapso ambiental y vehicular que se avecina para esta ciudad, pero el GDF ha demostrado que su prioridad es asegurar el éxito de los megaproyectos pasando por encima de las pocas zonas de reserva con que se cuentan además de garantizar el cobro por el uso de esta autopista. Retrasos y excusas son lo único que ofrece.
Vecinos que integran el Frente Amplio Contra la Supervía Poniente

Las tareas pendientes

El gobierno de esta ciudad ha demostrado estar atado de manos por las grandes empresas que se favorecen de este desarrollo urbano al estilo ‘primer mundo’. Ahora habrá que contar con un pase urbano para transitar autopistas que no pedimos ni nos favorecen o en donde no cabe un automóvil más.
Al respecto, la lucha se mantiene. Particularmente los contrerenses mantienen el plantón en La Malinche y se han amparado en los procesos legales y también mantienen la lucha desde otros frentes; retrasos y excusas son lo único que ofrece el GDF, y cínicamente declaró que escucharía y atendería todas las opiniones relacionadas con el problema, pero “la supervía va”, al mes de agosto de 2012, el total del avance de la obra es de 75% y sus efectos negativos y la poca viabilidad  ya son visibles. Las casas fueron demolidas, los árboles talados, los manifestantes reprimidos, y los amparos y recomendaciones de derechos humanos, ignorados.

La difusión de lo que está pasando en esta parte de la ciudad es crucial para que se comprenda la magnitud del problema. También es necesario mantener la resistencia, propagar la información día con día. Se ha mantenido la realización de foros abiertos, herramienta clave para la participación ciudadana y dar cabida a las propuestas e iniciativas populares.

Diversos movimientos sociales urbanos lograron importantes victorias en el pasado, consiguiendo la intervención de los ciudadanos en el desarrollo urbano, con herramientas mínimas de consulta e iniciativas populares; lo primero que se atendió fueron los asentamientos humanos, pero los problemas de esta ciudad crecen conforme crece su población.

Las políticas han ido cambiando y la ciudad ahora está en manos de los desarrolladores privados dueños del negocio inmobiliario, y más recientemente del negocio de las carreteras y los transportes, por ello empresas como las ya mencionadas han enfocado sus contratos en la Ciudad de México donde trazaron a diestra y siniestra nuevas rutas de metrobús, segundos pisos, túneles, puentes y las polémicas autopistas urbanas de cobro.

Lucha de clases es lo que se representa en este problema urbano de gran escala. Por un lado los empresarios ofertan viviendas y pisos de renta en zonas como Santa Fe, valuados en millones de dólares, mientras que las casas de las colonias populares valen menos que la basura que ha sido sepultada por sus enormes edificios con fachadas de mármol. Este grave problema es sólo un ejemplo que nos advierte que ya es tiempo de que la población decida el cauce de la política urbana, de tomar el destino de la ciudad en nuestras propias manos.

¡La ciudad la haremos nosotros!

¡Rechazo total al proyecto Supervía Poniente de Cuota!

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