El pasado 1 de julio se consumó lo que muchas organizaciones e individuos veníamos señalando desde hace tiempo, la imposición de Peña Nieto en la silla presidencial. En nuestra publicación impresa número 14 se podía leer el 5 de noviembre del 2011:
“El enemigo más poderoso en la elección presidencial es el imperialismo norteamericano, sólo permitiría la llegada de Obrador en un ambiente donde las masas desborden las plazas… Todo parece indicar que los imperialistas ya eligieron a su candidato en México, por ello, Calderón corre presuroso a gritar en Estados Unidos que el PRI quiere pactar con el narco como si al imperialismo norteamericano le interesara en verdad el tema. A la burguesía mexicana parece no desagradarles la opción que el imperialismo ha seleccionado, y se han comenzado ya a preparar una nueva transición pactada entre los dos partidos tradicionales de la burguesía en nuestro país.
La prioridad en ese sentido no es la de confrontarnos con aquellos trabajadores, campesinos, estudiantes o jóvenes que honestamente creen que AMLO resolverá sus problemas, la tarea inmediata es explicarle que de llegar las elecciones en estas condiciones sus aspiraciones de transformación por la vía del voto serán de nueva cuenta burladas, antes de emitir su sufragio. Ya que de no existir un poderoso movimiento en las calles que se anticipe al fraude y logre arrebatar una serie de demandas a la burguesía para tener un mínimo de condiciones electorales, la victoria de Peña Nieto podría darse como un hecho.” http://periodicoelcomienzo.blogspot.mx/2011/11/mexico-las-direcciones-reformistas.html
La dirigencia del MORENA y el #Yo soy 132 titubean y pierden un tiempo valioso.
Existen una serie de inconsistencias en casi el 80% de las casillas instaladas, se habla de poder comprobar la compra de alrededor de 5 millones de votos a favor del PRI, además de que han sido monitoreadas de nueva cuenta cifras contradictorias en los datos del PREP y el IFE, la falsificación de boletas , la coacción del voto con programas sociales y apoyos, el rebase en los topes de campaña, la intervención de la mayoría de los gobernadores de los estados en apoyo al PRI, el abierto apoyo de TELEVISA, entre una muy larga lista de delitos que por sí mismos en una democracia burguesa madura hubieran sido suficientes para la anulación de la elección.
A pesar de toda esta evidencia y de las pruebas que se irán aportando conforme se vaya destapando aun más la cloaca que representó la pasada elección, AMLO se muestra vacilante en llamar a luchar en las calles contra este inminente fraude. En estos días ha perdido un tiempo sumamente valioso, pareciera que le preocupa más el linchamiento mediático del que puede ser objeto por parte de las televisoras y la “opinión pública” que el que se estén robando la elección en sus propias narices. En ese sentido el único llamado que ha realizado hasta el momento es a cuidar el conteo de los votos, pese a que de antemano la coalición que él encabeza sabe que por lo menos careció de representantes de casilla en 20% de las instaladas el pasado 1 de julio. Existen ya evidencias contundentes que señalan la violación de la mayoría de las leyes electorales en este país sin que eso signifique problema alguno para la declaración de triunfo de Peña. ¿De qué sirve aceptar jugar con las reglas y el árbitro del enemigo de clase si de antemano no es capaz de respetar sus propios códigos?, ¿De qué sirve que les metas una increíble cantidad de goles, si al final ellos controlan el tablero del marcador? El llamado de AMLO a impugnar las elecciones ante el TRIFE, solo desviará la atención hacia un problema secundario, es quitar la atención de un problema que es político hacia cuestiones legaloides que terminan atrapando la capacidad de movilización del movimiento, mientras que el fraude seguirá su camino con apoyo de las instituciones para concretar la toma de posesión el 1 de diciembre.
Por otro lado, aunque en el mismo sentido, la cúpula del movimiento #132 ha pretendido erigirse de manera artificial como la dirección de un movimiento que sin duda alguna, va más allá de los llamados y los comunicados oficiales, por la vía de la práctica los activistas se están concentrado en largos debates en las asambleas inter-universitarias en donde se avanza poco en el plan de acción contra la imposición, pero en las acciones diversos sectores los están rebasando en diferentes direcciones. Una capa de la cúpula del #132 comienza a jugar el papel de líder mediático, haciendo declaraciones a diestra y siniestra intentando aparentar ser los dirigentes, el protagonismo de algunos de los elementos de dicho movimiento, en el que por el momento figuran principalmente estudiantes de universidades privadas y de la UNAM, los está llevando por caminos que no necesariamente obedecen a las aspiraciones del movimiento, sino personales o de grupo. Algunas de sus declaraciones han estado en abierta contradicción con las acciones de la mayoría, como la protesta en las afueras del IFE y la marcha del pasado 7 de julio en donde los “voceros” se deslindaron de miles de asistentes, colocándose sin duda alguna a la derecha, de las acciones del mismo movimiento del que dicen ser voceros.
Afortunadamente existen tanto en el MORENA como en el #132 una amplia mayoría de personas que no esperan los llamados de los voceros o dirigentes para salir a luchar. Mientras la cúpula de dichos movimientos pierde tiempo precioso analizando los posibles escenarios y empantanándose en las vías legales, las masas van mostrando mayor claridad, tomando conciencia poco a poco de que es necesario apretar la movilización en las calles y no cometer el mismo error del 2006. El TRIFE validará de nueva cuenta la imposición y el pedirle que se apegue a derecho y que haga un conteo honesto de los votos que ya han sido manoseados y prostituidos por diferentes manos solo tiende un cortina de humo, el problema no se resuelve en los conteos, la FEPADE o el castigo de los delitos electorales, se resuelve con la presión en las calles.
La legalidad, y el Pacifismo extremo.
A este respecto salta a la luz un añejo debate a lo interno del movimiento de masas. La posición clásica de un sector del movimiento que se ubica dentro del reformismo es que de antemano cualquier acción considerada “radical” daña al movimiento y favorece su criminalización para su posterior represión. Su propuesta básica consiste como en todas las luchas “mostrar civilidad” acatarnos a la “no violencia” y actuar en todo momento de manera “pacífica y legal”. Lo primero es aclarar que entendemos por métodos de acción pacíficos para diferenciarlos del pacifismo extremo.
Desde nuestra visión lo pacifico es todo aquello que sea consagrado por los derechos humanos y constitucionales de los cuales aún gozamos, no esperando a que un juez o un policía te diga si es posible o no, porque cuando los derechos comienzan a ser interpretados y sancionados por un cuerpo castrense, estamos hablando de que en realidad carecemos de derechos y de democracia. En ese sentido creemos que la realización de un paro y huelga laboral, los mítines a puerta de fábrica, las manifestaciones y bloqueos de calle, el derecho de réplica en los medios de comunicación masiva, la liberación de casetas de pago en las carreteras, la clausura popular de dependencias y compañías privadas, no pueden ser satanizados como violentos, ya que todos ellos pueden ser amparados por los derechos que tenemos y a que por el otro lado, dichos métodos se han utilizado de manera histórica por los movimientos sociales, obreros, campesinos, barriales, estudiantiles y populares a lo largo de la historia de nuestro país y el mundo, en ese sentido ser pacíficos significa nuestro derecho a ejercer la propia defensa de manera autónoma, humana y organizada, como lo hacen los pueblos de Cherán, y Ostula en Michoacán, como lo hacen los compañeros de la montaña baja, alta y de la costa en Guerrero a través de la Policía Comunitaria y la CRAC, las comunidades de apoyo zapatistas en Chiapas.
Por el pacifismo extremo entendemos aquello que significa en todo momento poner una y otra vez la mejilla para que te la golpeen, aquello que permite la pérdida de derechos y conquistas sociales, aquella protesta que es aplaudida y alentada por los que controlan este sistema. Algunos ejemplos de este método consideramos se pueden reflejar en las marchas por las banquetas y en las convocatorias para borrar las consignas políticas plasmadas con aerosol en bardas, avenidas y edificios públicos (pintas), los llamados a la buena voluntad y a la conciencia de los gobernantes para la resolución de los problemas.
El error más recurrente en esta forma de visión de pacifismo extremo que esta tan en boga hoy en día y en el cual de manera curiosa concuerdan Javier Sicilia, AMLO y la cúpula del #132, consiste en hacer ver como polos antagónicos e irreconciliables dos formas de lucha que cumplen una función cada una bajo determinadas circunstancias y en determinados niveles. Es un error por lo tanto decir que si no estás de acuerdo con el pacifismo extremo, eres vándalo, porro, infiltrado o provocador, eso es un error garrafal que pretende colocar en el mismo saco a huelguistas, normalistas o artistas urbanos con un golpeador al servicio del PRI, con un grupo paramilitar como los Halcones o con agentes policiacos al servicio del gobierno como el CISEN. En el mejor de los casos suelen acusarte de guerrillero radical, pretendiendo hacer una descalificación. Para nosotros es necesario aclararles que los guerrilleros no son unos violentos y radicales como muchas veces repite un sector de la izquierda reformista. Ante las traiciones históricas de los dirigentes y partidos reformistas y por consecuencia, la falta de alternativas de lucha política de masas, clasistas, consecuentes y combativas, miles de personas han optado por gusto o necesidad dicho método de lucha frente a la miseria, injusticia, corrupción, racismo, segregación y explotación de la que son objeto campesinos, estudiantes e indígenas en nuestro país y que ante las embestidas del Estado y sus paramilitares en diferentes regiones, deciden vivir de manera armada, que morir desarmados.
Es necesario hacer de nueva cuenta algunas otras aclaraciones, los socialistas revolucionarios no somos un grupo de locos a los cuales les gusta ir derramando nuestra sangre, y la de nuestra clase, a diestra y siniestra, no somos enfermos que se enrolen en la lucha de clases esperando tomar un fusil y matar a todo el que se le ponga enfrente, en todo caso dicho cuadro psicológico obedece más al perfil de un sicario, un militar o un policía, los cuales gustan de poder y jerarquía por medio de un arma.
Es necesario prepararnos para la siguiente etapa de la lucha contra la imposición.
Para los trabajadores y la juventud que nos oponemos a la consumación de la imposición se nos avizoran dos principales escenarios en la lucha contra la imposición. El primero de ellos es esperar a que AMLO y compañía convoquen acciones para evitar la imposición con el riesgo de que la convocatoria no vaya más allá de lo que se hizo en 2006. La segunda es tomar la iniciativa de las acciones y la organización en nuestras manos invitando a todo mundo a que nos acompañe, desde Obrador, hasta los compañeros del EZLN.
No es de nuestro interés, ni pretendemos decir que tenemos que tomar las armas en caso de llegar EPN, de lo que somos partidarios es de incrementar el nivel de respuesta ante la imposición, esto pasa por poner las estructuras de los movimientos sociales, estudiantiles, sindicatos, organizaciones barriales, campesinas de derechos humanos, de indígenas, al servicio de la lucha contra la imposición. Para ello se hace necesario construir un gran frente único de los trabajadores y el pueblo oprimido, poder coordinarnos por medio de asambleas de todos los sectores en lucha a nivel local, que a su vez pudieran elegir delegados con carácter rotativo y revocable que acudan a las asambleas estatales y nacionales para la elaboración de planes de lucha a corto y mediano plazo, partiendo de los balances a nivel local, estatal y nacional. Sería en esos lugares donde debiera definirse el plan de acción que siga el movimiento, partiendo de métodos democráticos, participativos, de abajo hacia arriba y no en sentido contrario, donde una sola persona o un reducido grupo toma las decisiones sin consultar y debatir sus propuestas.
Una propuesta de acción que tendría que considerarse de manera seria es la necesidad de paralizar la producción, transportes y servicios en todo el país, o la mayor parte del mismo, un primer paro nacional de 48 horas en todo el país acompañado de tomas de casetas y carreteras, dependencias públicas y grandes corporaciones del capital, pondrían en jaque a la burguesía y su candidato, los cuales tendrían que considerar de nueva cuenta si el aferrarse al poder no provocaría que lo perdieran todo. El proletariado y la juventud poseen grandes músculos con impresionantes fuerzas, la explosividad de su tradición ha puesto a temblar a grandes tiranos y a las potencias extranjeras en diversos capítulos de nuestra historia.
Como ejemplo tenemos a los compañeros del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra de San Salvador Atenco, que no esperaron el llamado ni de AMLO ni de Marcos para luchar contra Peña Nieto, ellos al igual que nosotros tenemos muy presente que de consumarse la imposición, un negro y represivo destino nos espera a todos, ya sean Obradoristas, Zapatistas, Comunistas, Socialdemócratas, Anarquistas, #Yo soy 132, sindicalistas de la UNT, del SME, del STUNAM, de la CNTE, campesinos del Barzón, del MOCRI, de la UNTA o de cualquier otro espacio de lucha y de izquierda, tenemos por delante la tarea de conformar desde las bases un referente de lucha conjunto, combativo, proletario y popular para enfrentar al enemigo y organizar las acciones pertinentes, que, desde la acción combativa y de calle logren ir mas allá de lo hecho en 2006. Ese año aprendimos una gran lección y es que cuando a Obrador le hacen fraude es al pueblo en su conjunto al que le va muy mal, simpatices o no con él. Respetando las formas y métodos de cada uno y golpeando juntos allí donde sea posible, construyendo espacios de deliberación asamblearia desde las bases de los movimientos y accionando de manera contundente en las calles como nuestros compañeros de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca en 2006.
Es por lo tanto una tarea de supervivencia evitar la llegada de Peña a la presidencia, los compañeros de Atenco lo saben mejor que nadie, algunos tal vez serán menos golpeados que otros, algunos irán primero otros después, pero que no se nos olvide, sin excepción, todos seremos víctimas de la barbarie con copete que hoy se destina a ocupar la silla de manera fraudulenta.
También puedes consultar en línea nuestro documento de análisis:
Elección, imposición y revolución, análisis de la coyuntura actual:
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