Oscar Ajal.
El primero de Enero
miembros del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) celebraron 20
años de su irrupción definitiva en el panorama internacional. En el municipio
de Oventic miembros de la sociedad civil y algunos medios de comunicación
presenciaron la celebración y el comunicado dado a conocer por la comandanta
Hortensia en el cual reiteran el compromiso por mantener su lucha contra la
globalización, por la autonomía y la defensa de los derechos indígenas. “Desde hace 20 años botamos a la basura a los
partidos políticos. Estamos tratando de mejorar nuestros sistemas de salud,
educación y gobierno. Estamos claros que falta mucho por hacer, pero sabemos
que nuestra lucha avanzará”, son
algunos de las palabras que expresan los zapatistas.
A 20 años, sin embargo,
muchas personas desconocen los antecedentes y las causas que orillaron a los
zapatistas a levantarse en armas. Se hace necesario, pues, un breve repaso por
los acontecimientos más relevantes en la historia del movimiento para
comprender la situación actual de los pueblos que optaron, aquella madrugada de
1994, por el dialogo de las balas.
Antecedentes.
El EZLN nace el 17 de
Noviembre de 1983 en la Pesadilla, algún lugar de la Selva Lacandona. Cabe
señalar que sus inicios son de simpatía con la doctrina marxista y que la
diferencia más significativa que existía con otras guerrillas latinoamericanas
en ese momento era su falta de recursos militares y de combatientes (éramos 8
en 1995, reconoce Marcos), y que solo cuando entran en contacto con las
comunidades nativas es que sufren un cambio en su ideología, ahora más cercano
al indigenismo y la comunalicracia. Los primeros acercamientos con las
comunidades son difíciles, debido a la desconfianza que sentían los indígenas respecto
a la organización guerrillera, los pocos contactos que se dan surgen debido a
la necesidad que existía en los pobladores de aprender a defenderse de los ataques
y saqueos de los que eran víctimas. Posteriormente los zapatistas logran
ganarse la confianza de las comunidades y empiezan a crecer numéricamente,
sucede así hasta llegar un momento en que los combatientes mestizos observan
que la amplia mayoría de militantes zapatistas tenían origen indígena, además
comienzan una transformación de ideología: ahora el indigenismo predomina.
Este sector de la
población cansado de resistir 500 años de vejaciones por parte de los grupos
poderosos, ven en el EZLN una oportunidad de exigir por primera vez una solución
a las condiciones de miseria y olvido. El gobierno Salinista, en cambio, lejos
de tomar en cuenta el malestar que pudiera acarrear su política neoliberal contra
las grupos más marginados, firma el Tratado de libre Comercio (TLC) iniciativa
que pretendía enterrar en la marginación a las comunidades indígenas. Esto
significaba el golpe final para los pueblos originarios, quienes desesperados
por no ser nunca escuchados, consultan a las bases zapatistas y por mayoría
votan la guerra.
Declaración de guerra: Enfrentamientos.
El día primero de
Enero de 1994, Chiapas amanece conmocionado: 5 municipios (San Cristobal,
Ocosingo, Las Margaritas, Chanal y Altamirano) son tomados por el grupo
insurgente que iniciaba así su campaña política–militar en contra del gobierno. En San Cristobal dan a conocer la
Primera declaración de la selva Lacandona la cual hace un llamado a levantarse
en contra del gobierno dictatorial, y amparados en el artículo 39
constitucional exigen la renuncia de Salinas de Gortari. La respuesta que
recibieron fue exterminio.
Horas después de las
acciones militares de los insurgentes, el estado despliega todo su potencial bélico:
entra en San Cristobal y en Oventic chocando con los zapatistas, iniciando así
las hostilidades. Los zapatistas, en una maniobra militar, se retiran de las
cabeceras tomadas y preparan una nueva ofensiva, sin embargo en el municipio de
Ocosingo existen errores militares y los combatientes quedan atrapados. Entre
el 2 y el 6 de Enero ocurren los choques más sangrientos. Las imágenes de los
indígenas, muchos de ellos atados de manos y con en tiro de gracia, dan la
vuelta al mundo y logran efecto de indignación y sensibilización de la sociedad
que reacciona solidarizándose y prueba de ellos son las numerosas
manifestaciones de apoyo al EZLN, una de las
más significativas sucede en la Ciudad de México, en la cual se pide el
cese al fuego y el respeto a la vida de las combatientes.
El gobierno salinista observando el amplio
apoyo que tenían este grupo, se ve obligado a rectificar lanzando una iniciativa
en la cual se le otorga amnistía a todos los participantes en los hechos
ocurridos del 1 al 12 de Enero, también llama al EZLN a entablar un diálogo. Los zapatistas, por su parte, analizan la
situación y también, obligados por la sociedad civil, detienen las acciones
militares, cerrando así un capítulo, el más sangriento en la historia del EZLN.
Sin embargo eso no significó la solución de los problemas indígenas. Los múltiples
diálogos y esfuerzos por llevar la lucha a la vía pacífica no rindieron
demasiados frutos, los hostigamientos continuaron, la campaña de denostación
comenzó a agudizarse, los acuerdos nunca se cumplieron y el futuro del EZLN se
volvió aún más incierto.
EZLN: Hoy.
A 20 años de la
primera declaración de la selva Lacandona el EZLN se ha convertido en un
referente internacional como modelo de organización alternativo al capitalismo
salvaje. Es un modelo que despierta mucha simpatía en todo el mundo y que los
zapatistas han intentado dar a conocer con muchas acciones, recordamos por
ejemplo el "Primer Encuentro Intergaláctico", "La Otra
Campaña", la creación de los caracoles y recientemente la denominada
"escuelita" zapatista”. En ella se abren las puertas de las
comunidades, se enseñan los usos, las costumbres y la manera que tienen de
ejercer el gobierno.
Cierto es que con el
paso del tiempo los zapatistas han perdido militantes y fuerza como organización
política. Opiniones críticas al zapatismo son muchas. Personas que los señalan
como transgresores de la ley, otros los consideran egoístas al encerrarse en su
territorio y abandonar las armas, son un puñado de poetas pacifistas que
traicionan los principios del marxismo opinan, que además se dejan guiar por un
Marcos mediático y despótico. Sea cual sea el caso, sean verdad o no estas
acusaciones lo cierto es que las demandas que orillaron en su momento al EZLN a
optar por las armas siguen vigentes: el priismo volvió, y las condiciones de
explotación se agudizaron. Podemos diferir de la forma en que los zapatistas
llevan su movimiento, sin embargo no se puede negar que su lucha nos está
dejando un modelo alternativo de valor y rebeldía. Que sirva pues su ejemplo a
estas y las nuevas generaciones de inspiración para plantarle cara al mal
gobierno, que nunca se ha ido y que enseña de nuevo su política de entreguismo
con las reformas que impulsa y aprueba en tiempo record ignorando así la opinión de la sociedad. Ante el avance del
capitalismo salvaje no nos queda más alternativa que la organización y la acción
revolucionaria.
Zapatismo ahí,
compañeros comprometidos acá luchando día a día por igualdad, justicia, contra
la explotación y el mal gobierno creyendo que un mundo mejor es posible, un
mundo donde quepan muchos mundos.
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