PRIMERO DE MAYO EN NUESTRO CONTEXTO HISTÓRICO.

PRIMERO DE MAYO EN NUESTRO CONTEXTO HISTÓRICO.

Si dudamos que la historia esta marcada; y es a final de cuentas la lucha de clases recordemos, aunque sea brevemente, lo ocurrido en 1886, año en que la burguesía norteamericana pretendió acallar el espíritu de transformación social que se encarna en la clase obrera, y, seamos capaces de reflexionar sobre la situación que vivimos hoy día, no sólo a nivel nacional sino principalmente a nivel mundial pues de tal o cual acontecimiento político, económico y hasta natural o climático emana la agenda de ataque y defensa, de defensa y ataque de las clases sociales que interactúan y constituyen un sistema social basado en la explotación y opresión de millones de seres humanos, un putrefacto sistema que corrobora la colosal sentencia de la transformación social como necesidad histórica.

“¿Qué hemos dicho en nuestros discursos y en nuestros escritos? Hemos explicado al pueblo sus condiciones y las relaciones sociales; le hemos hecho ver los fenómenos sociales y las circunstancias y leyes bajo las cuales se desenvuelven; por medio de la investigación científica hemos probado hasta la saciedad que el sistema del salario es la causa de todas las iniquidades, iniquidades tan monstruosas que claman al cielo. Nosotros hemos dicho, además, que el sistema del salario, como forma específica del desenvolvimiento social, habría de dejar paso, por necesidad lógica, a formas más elevadas de civilización; que dicho sistema preparaba el camino y favorecía la fundación de un sistema cooperativo universal, que tal es el socialismo. Que tal o cual teoría, tal o cual diseño de mejoramiento futuro, no eran materia de elección, sino de necesidad histórica, y que para nosotros la tendencia del progreso era la de una sociedad de soberanos en la que la libertad y la igualdad económica de todos produciría un equilibrio estable como base y condición del orden natural… Grinnell ha repetido varias veces que éste es un país adelantado. ¡El veredicto corrobora tal aserto! Este veredicto lanzado contra nosotros es el anatema de las clases ricas sobre sus expoliadas víctimas, el inmenso ejército de los asalariados. Pero si creéis que ahorcándonos podéis contener el movimiento obrero, ese movimiento constante en que se agitan millones de hombres que viven en la miseria, los esclavos del salario; si esperáis salvaros y lo creéis, ¡ahorcadnos!... Aquí os halláis sobre un volcán, y allá y acullá, y debajo, y al lado, y en todas partes surge la Revolución. Es un fuego subterráneo que todo lo mina. Vosotros no podéis entender esto. No creéis en las artes diabólicas, como nuestros antecesores, pero creéis en las conspiraciones. Os asemejáis al niño que busca su imagen detrás del espejo. Lo que veis en nuestro movimiento, lo que os asusta, es el reflejo de vuestra maligna conciencia. ¿Queréis destruir a los agitadores? Pues aniquilad a los patrones que amasan sus fortunas con el trabajo de los obreros, acabad con los terratenientes que amontonan sus tesoros con las rentas que arrancan a los miserables y escuálidos labradores... Suprimíos vosotros mismos, porque excitáis el espíritu revolucionario.” Discurso dado por August Spies, director del periódico “Arbeiter Zeitung”, en contra del Tribunal Especial que encabezó el Proceso de Chicago, farsa judicial montada por el Estado para implicar a dirigentes anarquistas y socialistas de origen alemán e ingles en un supuesto atentado contra las fuerzas policíacas que se disponían a disolver por la fuerza la manifestación pacífica del cuatro de mayo de 1886 convocada en la plaza Haymarket para protestar por la represión hacia trabajadores que se manifestaban el día anterior a las afueras de la fábrica de maquinaria agrícola “McCormik”, el resultado de la represión del día cuatro fue de 38 obreros muertos, más de 115 heridos y cientos de detenidos y torturados tras el estado de sitio declarado por el gobierno.

Tras un par de décadas de iniciada la lucha por la jornada de ocho horas, la American Federation of Labor (AFL) en su IV congreso deliberó y acordó defender e implementar dicha jornada, entre otras demandas, a partir del 1ro de mayo de 1886, ese día estalló la huelga general para hacer valer dichas demandas de la clase trabajadora quien estaba dispuesta a abatir por medio de la lucha las extenuantes jornadas de trabajo que se extendían por doce, catorce e incluso dieciséis horas. Fue en Chicago donde los sucesos se desarrollaron con mayor ímpetu y organización; como históricamente ha ocurrido la Huelga General no se presenta como simple decreto, hecho aislado en el que determinado día la clase se levanta homogénea para afrontar a su adversario. Por más revolucionarias y consecuentes que sean las organizaciones que encabecen el movimiento obrero, la huelga general es el resultado natural de todo un periodo de lucha. Desde el dieciséis de febrero de ese año los obreros de la empresa McCormik estallaron una huelga por mejoramiento de salarios y por la jornada laboral de ocho horas, tras el estallamiento la fábrica fue ocupada por el ejército y puesta a funcionar por rompehuelgas, sin embargo, la lucha de los obreros no se detuvo y continuó hasta las jornadas de mayo; el primero de mayo estalla la Huelga General que se venía anunciando al menos un par de años antes, el día dos se suscita un choque entre los huelguistas y “los amarillos”, para el día tres otra manifestación, esta vez a las afueras de la fábrica McCormik y convocada por la Unión de los Trabajadores de la Madera la cual fue brutalmente reprimida. Tales acontecimientos desembocaron en la manifestación del cuatro de mayo, tras el lanzamiento de un artefacto explosivo por un desconocido las fuerzas policíacas arremeten contra la manifestación; August Spies, George Engel, Albert Parsons, Louis Lingg y Adolf Fischer fueron condenados a la horca, Samuel Fielden y Michael Schwab fueron condenados a cadena perpetua, por su parte Oscar Neebe se le condenó a quince años de trabajos forzados.

En 1890, tres después de la injusta sentencia, el Congreso Internacional Obrero Socialista establece el 1ro de mayo como el “Día Internacional de los Trabajadores”, fecha que reviste no sólo la memoria de los “Mártires de Chicago”, luchadores y pioneros, al igual que muchos otros, de las poderosas centrales obreras norteamericanas de hoy día, sino también la lucha cotidiana de los trabajadores por conquistar un mundo libre de opresión y explotación.

Habrá quien siendo incapaz de vencer a la historia se reconforte con celebrar el primero de mayo como una fecha a la cual sólo hay que recordar sin inmiscuir tanto los asuntos que corresponden al movimiento obrero en su etapa actual, en el mejor de los casos habrá quien retome las demandas más sentidas de los trabajadores para encadenarlas con los grilletes del reformismo; democracia, sí, pero con qué carácter de clase, ¿Burguesa o proletaria? ¿Capitalismo o socialismo?



Hace apenas un año la campaña mediática sobre la influenza logró inmovilizar al grueso del contingente de trabajadores que pretendía mostrar su rechazó al fraudulento régimen de Felipe Calderón. Hoy en día las circunstancias son distintas, no sólo porque tal “epidemia” se desvaneció en el transcurso de este tiempo sino porque hay elementos que le dan a este primero de mayo un carácter totalmente distinto al de años anteriores. El agudo incremento de precios, el desempleo y el recorte al gasto público, la escalada de violencia generada por la supuesta lucha en contra del narcotráfico, una incipiente crisis política en las cúpulas partidistas, desastres naturales, pero sobre todo el gran número de luchas que se desatan a lo largo y ancho de la república mexicana son clara muestra de ello.

Aunque por la vía de los hechos los derechos de los trabajadores no son mínimamente respetados y pese a que las intenciones de arrebatar legalmente las conquistas obreras no son algo nuevo, la crisis económica hace impostergable tal necesidad de la burguesía. Mermar la capacidad de respuesta de los trabajadores; esa es la consigna del régimen del capital, el golpe asestado contra los electricistas como el pretendido a los mineros se ubican en la perspectiva de la pretendida “reforma laboral”, por su parte la reforma del estado y la reforma a la seguridad nacional representan los pilares jurídicos con los que se pretende sostener la libre explotación de los trabajadores misma que echaría por tierra la contratación colectiva, la seguridad y estabilidad laboral, prestaciones así como el desconocimiento de la autonomía sindical y una mayor subordinación de los trabajadores al capital.

La reforma impulsada por el PAN, un partido que representa los intereses de la burguesía más reaccionaria, relacionada con el imperialismo norteamericano, ha generado inconformidad incluso en el PRI, partido que aunque burgués tiene tras de sí fuertes centrales sindicales como la CTM o el CT, lo cual le ha obligado a dar declaraciones e incluso una pretendida movilización cijunta con las centrales sindicales independientes en contra de la pretendida reforma laboral. Esta situación no esta dictada por el interés de defender los intereses de los trabajadores sino para salvaguardar los intereses de las respectivas burocracias afectadas por el tema de la transparencia sindical. Por su parte los dirigentes sindicales ligados al PRD y las fuerzas de este partido en el Congreso de la Unión ven reducido su margen de maniobra en la cuestión de la huelga general hecho que afecta su pretensión de llegar a 2012 sin sobresaltos. Esta incipiente polarización nos asegura que la aprobación de la reforma no será cosa sencilla; golpeteos, amarres y chantajes serán el pan de todos los días, el tema de las alianzas del clara muestro de ello. Pero el resurgimiento del movimiento en conjunto con la situación económica es lo a final de cuentas determinan la agenda política del poder, partidos y sindicatos. Las intenciones del PAN de dotar de mayor poder al presidente y las fuerzas armadas, reforma del estado y reforma a la seguridad nacional respectivamente, están en esta perspectiva, para muchos se clarifica la inevitable colisión que se aproxima, la burguesía lo tiene muy claro por ello prepara desde ya el aparato que intentara mantenerle en el poder pero que aún no terminan de convencer al priísmo.

"Demostraciones" sobre la supuesta inviabilidad de incrementar los salarios o el bienestar de los trabajadores han existido siempre, en la etapa actual del movimiento la defensa de los derechos y garantías expresadas en la constitución juegan un papel importante para hacer de fuerzas al movimiento obrero, demandas como la anulación de la toma de nota el incremento de salarios y el establecimiento de la escala precios-salarios (si suben los precios que se incremente el salario en la misma proporción), la defensa de la autonomía y democracia sindical son elementos que contribuyen a la maduración de la huelga general, ¡Confiar en nuestras propias fuerzas y tradiciones!. El movimiento aunque confuso y disperso ha comenzado a revitalizarse, tras de nosotros están quedando décadas de una aparente inmovilidad; los mítines, foros, plantones, huelgas, asambleas, periódicos obreros, comités, etc. dan muestra del formidable y maravilloso porvenir de lucha que se levanta ante nosotros.

Un avance mínimo en la organización independiente, clasista, democrática y revolucionaria de los trabajadores valdrá más que mil figuras jurídicas, ningún tipo de pacto social, que la clase obrera marche conjuntamente pero ninguna confianza en posturas burguesas y pequeño burguesas que se empeñan en continuar sosteniendo el capitalismo como oren social imperante.

Tras 124 años de la gesta histórica de la clase trabajadora en su lucha por un mejor porvenir el espíritu y los ideales de los Mártires de Chicago reencarna florecientemente en nuestra compleja realidad.


¡Viva el 1° de Mayo!